No todas las bacterias son agentes etiológicos de múltiples enfermedades infecciosas. De hecho, existen bacterias que nos ayudan de diferentes formas. Por ejemplo, muchas especies bacterianas participan en la conformación de la microbiota normal (MN) del tracto gastrointestinal (TGI). Sin ellas, el nuestro equilibrio funcional se vería afectado de forma definitiva y, en consecuencia, nuestro bienestar y salud se afectaría significativamente. Un caso concreto lo representan nuestros entrañables lactobacilos (LB). En principio, recordemos que gracias a los lactobacilos se produce el yogurt. Por otra parte, también sería difícil imaginar la ausencia de la Zymomonas mobilis, que es una bacteria facultativamente anaerobia, no esporulada, multiflagelada, y que está presente en cualquier bebida alcohólica. Sin su extraordinaria capacidad fermentativa sería poco menos que imposible la producción de casi todos los elixires etanólicos conocidos. Incluso, la del tradicional sake japonés. O bien, del inolvidable vodka ruso.
Definitivamente, las tradiciones y costumbres humanas, particularmente en los que se refiere a la preparación y conservación de alimentos, son determinantes para mantener la estabilidad de la MN del TGI. Por lo mismo, es necesario conocer los factores coadyuvantes que la modulan y así, estar en condiciones tanto de fortalecer su presencia como para identificar oportunamente sus alteraciones (disbacteriosis) y corregirlas en tiempo y forma.
