Los ya demasiados asaltos que sufren los estudiantes del plantel de CetiTonalá son muchos: al menos tres veces por semana uno de cada joven que estudia en esta escuela es abordado por bandas juveniles que operan en el área sin que las propias autoridades de dicho plantel hagan algo y mucho menos las propias autoridades policiacas del municipio.
Los jóvenes (hombres y mujeres) que estudian con el esfuerzo familiar son despojadas con encono y hasta los asaltantes se dan el “lujo” de ser bondadosos y les “condonan” o bien algo de lo que traen para sus pasajes, o bien, como me han compartido algunos estudiantes, “si ya nos han asaltado en la semana nos dicen: ‘No, a ti ya te robé esta semana, a ti no te voy a asaltar’”.
Es doloroso para los muchachos la indolencia de las autoridades escolares y, claro, también las de la municipalidad. Sería justo que se tomaran cartas en el asunto, pues un día de estos no solamente les serán robadas las pertenencias de los muchachos, si no que —Dios no lo quiera— pueden ser agredirlos físicamente o hasta quitarles la vida.
Si bien es cierto que es una de las mejores escuelas del municipio tonalteca, el CetiTonalá carece de seguridad en las afueras del plantel. Los muchachos y muchachas, que son casi unos niños, se han guardado el susto cotidiano porque nada pueden hacer ellos, pero sí mucho quienes resguardan la seguridad del alumnado y también las corporaciones policiacas que para eso están: para brindarles seguridad a la sociedad escolar que ya sufre mucho del vandalismo en su casa de estudio.
