Artemio García Uribe

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Es común escuchar a los niños decir que cuando crezcan quieren ser astronautas, médicos o futbolistas, pero nadie dice: seré museógrafo. Sin embargo, Artemio García Uribe desde pequeño sabía que dedicaría su vida a trabajar en un museo.

Actualmente forma parte del equipo de museografía del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara y recibió por parte de la Secretaría de Cultura del gobierno de Jalisco el galardón al Mérito Museístico 2018.

La entrega del galardón fue el 18 de mayo, en el marco del Día Internacional de los Museos, en la Capilla Tolsá del Centro Cultural Cabañas. Con este galardón la dependencia reconoce la trayectoria de los profesionales que hayan trabajado en museos públicos o privados de Jalisco durante un mínimo de 20 años. El jurado estuvo integrado por Fernanda Matos, Patricia Urzúa y Joao Rodríguez.

García Uribe desde hace 24 años trabaja en el MUSA, donde ha consolidado una trayectoria notable. Primero estudió la licenciatura en Letras Hispánicas en la UdeG y luego una maestría en Didáctica de las Artes por la misma Casa de Estudio.

“Desde niño sabía que quería trabajar en un museo. No entendía realmente lo que quería hacer, pero cuando mi madre venía al centro de la ciudad a hacer compras, me depositaba en el Museo Regional. Me encantaba ver los mamuts y recuerdo perfectamente haber visto una exposición del maestro Javier Arévalo ahí. Cuando salí, le dije a mi mamá que trabajaría en un museo. No sabía que existía el mundo de la museografía, la curaduría y demás. Solo quería trabajar en un museo. Fue uno de los sueños que se cumplieron”.

¿Cómo ha sido su formación en este ámbito?
No existía en aquellos ayeres una carrera en museografía o curaduría. Sigue sin existir. Tenías que formarte en forma autodidacta, leer libros de museografía de Michael Belker, de Aurora León, de Luis Álvarez y aprender de lo que se observaba, porque la teoría te puede decir muchas cosas, pero para aprender las técnicas museográficas tienes que estar en la práctica. Yo no llegué sabiendo cómo era la práctica del montaje, de la manipulación de obra, y todas las cuestiones que engloban las prácticas museográficas.

¿Cuál ha sido su aportación para este crecimiento del MUSA, como referencia en la red de museos?
He aprendido muchísimo en esta formación en la que me sumergí y los actores del arte en el museo me fueron dando oportunidad, como el finado Carlos Ashida, Maribel Arteaga, que me tuvieron toda la confianza. He desarrollado proyectos de carácter visual, llevé a cabo exposiciones desde cero y otras que ya vienen de otros museos o coleccionistas en las que hay que participar en la cuestión curatorial. Descubrimos algunos talentos, artistas visuales que su obra ha participado en la Muestra de Arte Contemporáneo de España, que han estado en la Bienal de Venecia. También llevamos la gestión del Laboratorio 930, que era un espacio dedicado al arte emergente. Me han dado la oportunidad de acrecentar el acervo del MUSA. He hecho la gestión para que la obra de algunos artistas permanezca.

¿Cuáles son los retos que enfrenta la museografía en nuestro estado?
Aunque hemos crecido, seguimos contando con talleres y diplomados en museografía y curaduría. Considero que la UdeG debe incursionar en un modelo curricular que invite a los interesados a conocer de estas prácticas. Hay otras universidades que lo tienen y Guadalajara ha sido punta de lanza en el arte visual: es semillero de artistas. Hay una maestría en gestión cultural que no se enfoca en estas cuestiones y un doctorado en arte y cultura que podría enfocarse, pero quienes quieren estudiar esta licenciatura deben migrar a la Ciudad de México.

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