Apagar la indignación

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En 2015, como candidato a la presidencia municipal, hice campaña en el municipio de Zapopan. No se imagina usted, amable lector, las mentadas de madre que nos recetaban a los políticos. El ciudadano de a pie está harto, indignado y cada vez confía menos en los políticos. Las promesas se las pasa por el “arco del triunfo” y considera que todos los políticos somos corruptos, aunque la realidad sea otra. No nos engañemos, la gente ya no quiere discursos, quiere hechos; la gente ya no quiere palabrerío, quiere compromisos; ya no quiere respuestas mágicas, busca quien le diga la verdad de las cosas.

La verdad es una y simple: la clase política de Jalisco no ha dado ningún paso que el ciudadano pueda tomar como un compromiso tangible para combatir la corrupción. No hay voluntad política para castigar a quien mete la mano en el dinero de todos y se lo lleva como ganancia privada. Nos enteramos de corrupción por aquí y por allá, de mochadas y desviaciones, ¿y quién paga? Nadie. Por ello, considero que el Sistema Nacional Anticorrupción es un paso en la vía correcta. No hará magia, y creo que el ciudadano entiende eso, sin embargo es una apuesta institucional valiosa y creativa. Como modelo, importa las mejores decisiones que se han tomado en la materia y reproduce prácticas que han dado resultado en otras latitudes.

¿A qué debemos estar alertas? A denunciar la tentación que tienen algunos legisladores de descafeinar una iniciativa que viene de la sociedad civil. Por ejemplo, la Ley 3 de 3. Como candidato hice pública mi declaración 3 de 3, a pesar de que nadie me obligaba. Los ciudadanos pudieron darse cuenta de que no escondía nada, de que a pesar de ser diputado, había llegado y me había ido con los mismos bienes; nada de riqueza inexplicable. Ante esto, quien pensara en mí como posible alcalde, sabría que no tenía ni intereses inconfesables ni riqueza inexplicable. La transparencia no es una concesión, sino una obligación de cualquier servidor público.

Debemos entender que la indignación social no se gestó ayer y que sólo dando resultados y abriendo las cuentas podremos empezar a reconstruir la confianza perdida. Es fundamental que demos un paso adelante y saquemos un paquete de leyes anticorrupción de avanzada. No podemos darnos el lujo de fallar esta vez. Una decepción más abonaría al descrédito de los políticos y de la política. Queremos un sistema nacional fuerte y con dientes, no un proyecto que muera en la opinión pública antes siquiera de haber nacido.

Bien por los partidos que defienden la fortaleza y solidez del sistema nacional. Espero que los partidos que quieren descafeinar la iniciativa cambien de parecer. México necesita seriedad en el combate a la corrupción. Ya basta de soluciones que al final no resuelven nada.

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