Ante la enfermedad el afecto cuenta

604

El acompañamiento psicológico de un paciente con cáncer y de su familia, es trascendental en el éxito y progreso de su tratamiento. Aunque el tratamiento médico para eliminar las células cancerígenas es la piedra angular, la terapia psicológica tiene fuertes implicaciones emocionales, explicó Flor Esmeralda Larios Jiménez, investigadora del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), coordinadora del Programa de navegación para ayuda de pacientes oncológicos y su familia, además de ponente de las Jornadas académicas contra el cáncer de mama, efectuadas el pasado 19 de octubre, en el CUCS.
En cada etapa de la enfermedad, desde el diagnóstico, tratamiento, atención, seguimiento y sobrevida, la paciente con cáncer de mama puede experimentar fluctuaciones en el estado de ánimo, como ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales, los que dependerán de la malignidad del tumor.
“La paciente que trae la sospecha de malignidad o que le acaban de dar el diagnóstico de cáncer, tiene niveles de depresión y ansiedad elevados, por la cuestión adaptativa a la que se va a enfrentar, como el desconocimiento de los pasos a seguir. En el proceso, más que el padecimiento, otros pensamientos son respecto a su imagen corporal: se siente diferente porque le cortaron un seno y perdió el vello corporal”, dijo la especialista.
Estas situaciones agobian a la paciente y merman su adherencia al tratamiento, lo cual limita sus posibilidades de curación. Sin embargo, existen estilos de afrontamiento de “espíritu de lucha”, en los que en las actitudes y discurso de las pacientes hay fortaleza y encuentran lo positivo de la situación.
En cuanto a la acción específica de la quimioterapia (destruir las células de rápida reproducción mediante agentes químicos), el estado de ánimo de la paciente modifica su nivel químico y hormonal.
La familia, pareja, amigos e hijos muestran alteraciones psicológicas a causa del cáncer que afecta al ser querido. Larios Jiménez ejemplificó que en ocasiones los hijos asumen que la madre ya no los quiere, porque ésta se ve imposibilitada para jugar con ellos y realizar otras actividades que con normalidad de-sempeñaba.
“Las afectaciones en la dinámica familiar están en función del manejo y de la concepción de la enfermedad que tengan. En occidente existe marcada la creencia de que el cáncer es sinónimo de muerte, por lo que a la paciente la tratan como si se fuera a morir. Pero la terapia psicológica apoya y es coadyuvante, promueve que la paciente y su familia hagan conciencia y que tengan como objetivo primordial recuperarse”.
Como parte del proyecto de navegación, la función de los psicólogos denominados “navegadores” es psicoeducar a la familia sobre la naturaleza del padecimiento, enfatizando que con el tratamiento pueden llevar una vida con calidad. Este concepto proyecto de “navegación” surgió del Proyecto pentanacional de cáncer de mama, coordinado por el doctor Adrián Daneri Navarro, investigador de la Universidad de Guadalajara.

Meta: detección temprana
Que a diario mueran en México 14 mujeres por cáncer de mama es un indicador de que en la mujer mexicana existen creencias socioculturales que le impiden tener la percepción de vulnerabilidad, por lo que creen que sólo las mujeres de edad avanzada están en riesgo de padecer la enfermedad.
Para la especialista, a pesar de la constante información sobre el tema en medios de comunicación y de las campañas de prevención realizadas por las autoridades sanitarias del país, “las estadísticas hablan de que hace falta más información. La detección temprana todavía es una meta en México, porque el promedio del tumor cuando se detecta en la mujer mexicana es de seis centímetros, cuando en un año crece un centímetro”.
A través del programa de navegación, los expertos buscan impactar y sensibilizar sobre el tema de cáncer de mama en la comunidad académica, personal de salud y público en general.

Artículo anteriorCoordinación General de Recursos Humanos
Artículo siguienteObsidiana y música de Los Bukis