Anel Carmona

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En octubre de 2011, luego de concluir la licenciatura en Artes Escénicas para la Expresión Teatral en la Universidad de Guadalajara, Anel Carmona (Guadalajara, 1989) viajó a Estados Unidos para continuar preparándose profesionalmente. Interesada en el teatro musical, su vida dio un giro cuando fue aceptada en el conservatorio de la American Musical and Dramatic Academy.

La actriz expuso su talento en el circuito Off-Broadway con Adiós Fjord, puesta en escena que realizó en conjunto con Cristina Castro, egresada de Ciencias de la Comunicación del ITESO. La obra aborda la historia de Dulce, una joven pintora mexicana que ha hecho su vida en Nueva York y que, cuando es obligada a dejar el país, su primera idea es viajar a Noruega a buscar a su exnovio.

¿Por qué escribes obras dramáticas?

Soy amante del teatro desde pequeña, adquirí ese gusto gracias a mis padres y a mi carrera profesional, que en un principio se inclinó por el teatro musical. Después sentí que fue el destino, comenzaron a llegarme ofertas sobre obras de teatro y comencé a escribir. Ahora es lo que más disfruto hacer.

¿Cómo surgió Adiós Fjord?

Dicho montaje fue resultado de mi tesis de la maestría en Dramaturgia y Actuación en el Actors Studio Drama School. Tuve la idea de escribir la obra de una persona que tiene su vida hecha en Estados Unidos y que de pronto ya no tiene a dónde ir porque se le vence la visa. Eso es, personalmente, un problema que he tenido toda la vida, ya que nuestra situación en el extranjero se vuelve cada vez más precaria, y me pregunto qué haría una persona que fuera más valiente que yo. Es una mezcla de historias que viven en carne propia muchas personas, añadiéndole un toque ficticio que la hace más atrayente.

¿Por qué decidiste centrar la obra en la Generación Y?

Es lo que conozco, uno debe escribir sobre lo que conoce. Los millennials es una generación que creció alentada para seguir sus sueños, ya sea por nuestra familia o por la sociedad, a diferencia de nuestros padres que fueron educados para hacer dinero y formar una familia, a nosotros nos educaron para vivir de lo que nos apasiona. Sin embargo, vivimos el clásico dilema de “hago dinero o hago lo que me gusta”. Me pareció interesante exponer nuestra condición impredecible ante el mundo laboral, escribí esta obra para impulsar la lucha por los sueños.

¿Cuál fue tu experiencia con el teatro neoyorquino?

Me vine a Nueva York porque quería estar en una ciudad donde hubiera teatro en todas partes, y de todos los niveles. El teatro mexicano está creciendo mucho en cuanto a los estilos que posee y en cuanto a lugares para formarse, aun así quise experimentar otro tipo de dramaturgia. Los primeros años fueron impresionantes, había demasiada competencia, me encontré con gente muy talentosa que venía de todas partes del mundo con mi mismo propósito. Es difícil darse cuenta que eres “una más de tantos”, sin embargo persistí y comencé a entrar en algunos proyectos, hasta que comencé éste, Adiós Fjord es el mayor logro de mi vida, espero seguir avanzando.

El teatro mexicano y el estadounidense son muy diferentes: el primero está abierto a diversas formas, es mucho más experimental, goza de toda una gama de matices. El segundo es muy similar entre sí, conserva pocos estilos, pero mucha calidad. Los dos tienen sus virtudes, por eso planeo desarrollarme en ambos. Es enriquecedor entregar al público neoyorquino Adiós Fjord, por ser una obra tan internacional, ya que tanto Cristina Castro como Carmona son mexicanas, el otro actor, JR O’Handley, es canadiense y la directora, Mengxuan Zhou, china. Planeo llevarla a distintos festivales internacionales de teatro.

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