Amor por la playa

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    En la “Playa del amor”, también conocida como Playa Escondida, ubicada en las Islas Marietas en la zona norte de Bahía de Banderas, investigadores del Centro Universitario de la Costa han comprobado el daño que tanto visitantes como prestadores de servicios turísticos han ocasionado a los arrecifes, corales, erizos y otros tipos de flora y fauna que se encuentran en el sitio, debido a la falta de regulación en los servicios, a la gran multitud de turistas que en temporadas vacacionales acuden al día (hasta 650 personas) y a la falta de respeto a las normas ambientales. Esto, a pesar de que la zona ha sido denominada como Parque Nacional.

    Como se publicó en la edición del 18 de agosto de 2014 de La gaceta, Rosa María Chávez Dagostino, investigadora del Departamento de Ciencias Biológicas del CUCosta, alertó sobre la urgencia de difundir los impactos negativos al medio ambiente que están ocurriendo en dicha playa, los cuales no sólo se deben a lo antes señalado.

    “Además del turismo, la pesca clandestina es un problema”, afirmó, ya que tiene la certeza de que pescadores que viajan desde la parte sur de la Bahía de Cabo Corrientes, tienden redes en la zona de las Marietas, a pesar de que es ilegal utilizarlas. Y debido a que, como el campo, la pesca es otro sector que se ha visto afectado por el contexto económico desfavorable, esta práctica ha ido en aumento.

    “Los pescadores ya no viven solamente de la pesca frente a sus costas, por lo que tenemos pescadores que vienen desde fuera de la bahía. En la zona arrecifal tienden redes a escondidas en los días y las horas en que saben que no hay vigilancia. Pescan muchas especies que no están permitidas para la pesca, algunas como botas y loras, es decir, se llevan cosas que podrían ser de ornato y que además nadie se las come, por lo que se llevan más de lo que necesitan”.

    El estudio Impactos del buceo recreativo en las comunidades coralinas del Parque Nacional Islas Marietas, Nayarit, que analiza la carga turística del lugar y en la que, además de Chávez Dagostino, colaboran los investigadores Ana María Escofet y Amílcar Levi Cupul Magaña, contempla asimismo la observación en las próximas semanas de 400 buzos y esnorqueleadores con la intención de conocer sus actitudes, los impactos que tienen con el coral y la conducta de las especies.

    “Los impactos negativos también tienen que ver con la disminución de los atractivos, por ello medimos los elementos del paisaje que son importantes para los turistas, así como la percepción de los visitantes de la situación, ya que sí existen prestadores de servicios que son más conscientes de los daños que pueden ocasionar”.

    El director del Parque Nacional de las Islas Marietas, Jorge Castrejón Pineda, ha declarado a diversos medios de comunicación locales que ya se realizan acciones para atender el impacto ambiental desfavorable en la zona y ha destacado la realización de talleres con prestadores y operadores de servicios en busca de concientizarlos sobre las reglas ecológicas y técnicas del parque. También se han establecido áreas de nado, por lo que para el funcionario no representa una opción cerrar el sitio sino aprovecharlo de manera sustentable y promoviendo la conciencia ambiental.

    Al respecto, la investigadora de CUCosta opinó que la salud del arrecife no será solucionada si no se atiende la práctica de los pescadores: “Si no son los turistas, serían los pescadores. Yo apuesto a que se mejore el manejo de la zona y la vigilancia para el cumplimiento de las normas, ya que no se van a cumplir si no se aplican las sanciones correspondientes y primordialmente si no hay quien vigile”.

    A pregunta expresa sobre la pertinencia de cerrar el sitio turístico para asegurar la conservación, Chávez Dagostino comentó que no está a favor de que la conservación tenga que ser tan restrictiva.

    “Por ejemplo, podría variarse en el número de permisos que se otorgan a las embarcaciones, porque parece ser que no tienen un registro completo de quiénes cuentan con ellos. Por esto, considero que depende más del manejo, de la vigilancia, educación y capacitación con los prestadores de servicios turísticos en toda la Bahía, tanto de Nayarit como de Puerto Vallarta”.

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