El director de la División de Ciencias Agronómicas del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), Salvador Mena Munguía, aseguró que el alza de precios en las gasolinas y el diésel agravará aún más la situación que enfrenta el agro mexicano, en especial la de los campesinos, la parte más sensible de la cadena productiva.
“No hay nadie en este país que pueda opinar en favor de esta medida”, ya que le pega a toda la sociedad, y desde luego, a los productores del campo, dijo Mena Munguía, quien añadió que los estímulos fiscales anunciados por el gobierno federal este mes podrían “paliar el impacto, pero no resolver la situación”.
El aumento de los combustibles tendrá efectos múltiples en los productores, ya que requieren mover maquinaria y trasladar productos. Tan sólo en la preparación y siembra de maíz, el ciclo pasado los campesinos gastaban dos mil 500 pesos por hectárea, en tanto que con el alza podrían llegar a tres mil pesos, ejemplificó.
A esto hay que añadir que muchos de los insumos empleados en el campo son importados o recorren grandes distancias, y no están regulados, “por lo que para el productor será difícil adquirir semilla mejorada, fertilizantes y agroquímicos, porque van a incrementar seguramente”. Todo esto repercutirá en el consumidor final.
Mena Munguía reiteró que México tiene que rediseñar sus políticas públicas en materia de producción de alimentos: “Habrá que tomar medidas para que recupere su capacidad productiva, que sí la tiene”. Esto es más necesario por la posibilidad de que se modifique la relación comercial con Estados Unidos, ya que alrededor de 80 por ciento de granos básicos se adquiere en dicho país.
Planteó que la mejor estrategia para México es recuperar la autosuficiencia y seguridad alimentaria, de no hacerlo “nos llevaría a la escasez de estos productos o su encarecimiento”.
