Alonso Arreola

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El músico mexicano Alonso Arreola ha tomado el teléfono para develar los principios de una amistad de tres, que crece y se alimenta de cenas, cumpleaños y largas charlas  basadas en el nuevo código del bajo eléctrico mutado en touch bass e hyperbass. Un lenguaje, no obstante, creado para ser comprendido por cualquiera.

3Below se presentará en vivo este 27 de enero en el Teatro Vivian Blumenthal.

3Below es un proyecto creado eminentemente para ser presentado en directo…
Apenas vamos a grabar un primer disco este año, pero no corre la prisa porque es un grupo que surge con la idea de gozar y vivir el escenario. Lo que tocamos es música instrumental que hemos compuesto de forma individual y grupal, más una serie de arreglos y de homenajes a influencias que nos importan.

Nos permiten reconocer la personalidad de cada cual a partir de la ejecución
La forma como tocamos es una extensión muy nítida de lo que somos. Mike (Manring) es un tipo profundamente espiritual, hace yoga todos los días y aunque su manera de tocar alcance el desquiciamiento y técnicas casi imposibles, también llega a profundidades y situaciones poéticas muy particulares. En cambio, Trey (Gunn) es un individuo racional, muy interesado en los procesos por computadora y la generación de programaciones en vivo; usa pedalería muy compleja y su instrumento de doce cuerdas, que fusiona el bajo y la guitarra y se toca con técnica de piano. Yo, por mi lado, soy absolutamente verborréico y eso se manifiesta, sobre todo, en mis concepciones rítmicas. Somos muy buen complemento.

¿Cómo se ha dado este encuentro?
Lo que hemos encontrado a lo largo de los años es la amistad. No se trata de decir “tocamos chido y si nos ponemos a improvisar todo va a estar bien”. Se trata de componer cosas con seriedad, de encontrar la improvisación y la espontaneidad, pero a partir del orden y el cariño.

¿Se dan tiempo para encontrarse y componer juntos?
Desde el principio lo propuse y ellos lo aceptaron. La primera vez que nos juntamos, me lancé a San Francisco con Mike y a Seattle con Trey para platicar del asunto, componer juntos y empezar a establecer una ruta que no fuera únicamente la de “nos ponemos a tocar”. Cuando dimos la gira por Estados Unidos, nos dimos una buena encerrona en casa de Dave en Seattle y ahora van a llegar a mi casa varios días antes para estar listos.

¿Dirías que esto es una manera de defender a un instrumento que no siempre es protagonista?
Yo jamás diría la palabra “defender”, pero sí es un proyecto transgresor en el sentido de que es mucho más común ver guitarras o cantantes juntos; hay un proyecto espantoso de doce pianos. Lo interesante es que los instrumentos que tocamos no son convencionales, están altamente modificados, y las técnicas que utilizamos no son convencionales. Podemos abordar el instrumento como si fuera más que un bajo.

Tenemos la capacidad de mostrar una actualización muy interesante del instrumento en nuestros días cubriendo varias partes de la cancha: podemos dar contextos rítmicos, armónicos, melódicos, de improvisación. Es una perspectiva distinta que no pretende ser para músicos nada más, que no pretende ser intelectualoide. Simplemente muestra a tres amigos que de manera honesta tocan algo que les importa.

No hay por qué acotar la experiencia…
Para nada, la música de Mike tocando solito con su bajo se la pongo a mi abuelita y con la lagrimita en el ojo me dice “qué bonito”. Si nos ves en vivo pueden ocurrir otras cosas, sólo por el gusto de ver a tres tipos comprometidos con el instrumento por años.

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