¿Cuál es la noción que tiene usted, amable lector, del átomo y las partículas subatómicas? Cuando hago las preguntas correspondientes a mis alumnos del curso “Introducción a la física”, en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, éstos usualmente confunden los conceptos involucrados con el específico de elemento químico, y si pretendo continuar el interrogatorio para indagar qué tanto entienden de las palabras que mencionan, tendré suerte si me describen algunas propiedades de las partículas subatómicas más conspicuas, como el electrón, protón y neutrón.
Si eso ocurre con estudiantes del nivel licenciatura, de carreras ingenieriles y de ciencias básicas, ¿cuál será el panorama entre la población en general? Por ello es de resaltar la actividad que en años recientes ha desarrollado el Colegio de Profesionistas en Ciencias Físicas del Estado de Jalisco, presidido por la maestra en ciencias Abigail Rojas González, también coordinadora de la licenciatura en la Universidad de Guadalajara (UdeG), propiciando conferencias divulgativas mensuales los martes segundos de mes y celebrándolas en el auditorio de la librería “José Luis Martínez”, del Fondo de Cultura Económica (FCE), desde hace cinco años.
La más reciente fue el pasado 9 de abril y llevó por título “Sobre partículas elementales, antimateria, bosón de Higgs y cosas peores”, a cargo del joven doctor en ciencias con especialidad en física, Jorge Martínez Ortega, quien por cierto obtuvo su título de licenciado en física en la UdeG, para posteriormente hacer lo propio en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, con los grados de maestro y doctor.
De aceleradores y cosas peores
Del primer acelerador de partículas utilizado para obtener elementos radioactivos artificiales, inventado por el doctor Ernest Orlando Lawrence, de la Universidad de California y que le valiera recibir en 1939 el Premio Nobel de Física (http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/physics/laureates/1939/), el ciclotrón de apenas 27 pulgadas de diámetro (68.58 cms) y energía de algunos millones de electrón-voltios se ha evolucionado hasta la circunferencia de 27 kilómetros y 7 tera (billón en el sentido latino) electrón-voltios del gran acelerador de hadrones (LHC por sus siglas en inglés).
Como parte de su trabajo doctoral, Martínez Ortega realizó una estancia en el FermiLab de Batavia, Illinois, uno de los centros más importantes en el ámbito mundial, donde se cultiva la física de partículas subatómicas y en el que funcionaba el acelerador Tevatron, un anillo de 6.86 Km, en el que se alcanzaban energías de 1 tera electrón-volt, y que cesó sus operaciones que involucran colisiones el 30 de septiembre de 2011.
Sin embargo, los datos obtenidos se siguen analizando. El 2 de julio de 2012, científicos de los experimentos denominados D0 –en el que colaboró el ahora doctor Jorge Martínez- y CDF, anunciaron que después de analizar 500 trillones de choques encontraron evidencias de 1 en 550, de que los rastros dejados por el hipotético bosón de Higgs (responsable de la propiedad de la materia que llamamos masa) no fueran una mera fluctuación estadística.
La asistencia a la conferencia en el FCE fue numerosa, como también lo fueron las preguntas al final de la misma por parte del público, que siguió llegando en el transcurso de la charla, hasta abarrotar el auditorio de la librería, pues incluso había niños entre los atentos oyentes, que se complementaron por preguntas acerca de la trayectoria del expositor, quien actualmente trabaja como científico de datos en una empresa que proporciona video en línea, a cargo del doctor José Luis Romero Ibarra, profesor investigador del Departamento de Física del CUCEI y organizador por parte del colegio, de las charlas.
Para quienes deseen abundar en el tema es ilustrativo el libro El discreto encanto de las partículas elementales (http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen2/ciencia3/068/htm/discreto.htm), del doctor Arturo Menchaca Rocha, investigador del Instituto de Física, de la UNAM.
