El desierto y sus áridas expresiones fueron el escenario para esta serie fotográfica que logra el equilibrio exacto entre un sol abrasador, atardeceres naranja, arena y un horizonte infinito que envuelve los movimientos de bailarinas que danzan en conjunto con la naturaleza, en espacios en los que pareciera no existir nada y, al mismo tiempo, reflejan toda una inmensidad de elementos que convergen con las figuras de las danzantes.
“Siempre me ha gustado la danza y me fascina la fotografía de paisaje —ha dicho Odette Ramírez—; decidí mezclar estos dos elementos resaltando la belleza del desierto que tanto caracteriza a Mexicali, el lugar donde nací y donde vivo en la actualidad. Busqué escenarios característicos de mi ciudad y sus alrededores, como La Salada, que hace algunas décadas fuera una laguna abundante y que ahora es un inmenso terreno seco, y las dunas de Los Algodones, grandes extensiones de montañas formadas por tierra fina, que colindan con el vecino estado de Arizona, Estados Unidos y que bien podrían pasar por una clásica vista del desierto de El Sahara”.
“Al ritmo del desierto” es solamente una muestra de una serie fotográfica que promete continuar captando bailarines de la región en escenarios característicos bajacalifornianos.
“Me gustaría seguir mostrando en y con mi obra las bellezas naturales y el talento artístico bajacaliforniano” —dice Odette Ramírez. Y se empeña en ello: “Tengo planeado hacer más tomas de diferentes disciplinas y no sólo en el desierto, sino en la montaña, como en el área de La Rumorosa, en playas como San Felipe o Rosarito, en valles como el de Guadalupe y, tal vez, llegue hasta la Sierra de Juárez o de San Pedro Mártir, por mencionar algunos de los lugares que me inspiran”.
De algún modo, siempre acudiendo al Misterio, la fotógrafa en esta pequeña muestra nos permite observar —y sobre todo percibir— que la poesía es la ordenadora de todo arte y, es claro, de la propia vida.
