Agenda ecologista en Guadalajara

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No están dormidos, sino más bien absortos en temas que les arrebatan la tranquilidad. La construcción de la Villa Panamericana en el predio El Bajío, el estadio Chivas y el nuevo Cancún, el sobrecalentamiento global, el lago de Chapala, entre otros, son tópicos que roban la atención de los miembros de grupos ecologistas locales.
Añejos algunos y actuales otros, son temas que en los últimos días se ubicaron en la palestra noticiosa de Guadalajara, como fue posible constatar, al platicar con algunos directores y coordinadores de los sectores involucrados en contenidos ecológicos.
El proyecto denominado “Nuevo Cancún”, es mal visto por el Colectivo Ecologista Jalisco, por considerar que “no es una alternativa viable”, comenta uno de sus integrantes, Mario Silva Rodríguez, quien recuerda que desde hace 20 años denunciaron intentos de construcciones en esa zona costera de Jalisco. “Vemos con preocupación que los consultores de impactos ambientales siempre ponen ortopedias ecológicas a los proyectos. Nos oponemos totalmente a ese tema y lo documentamos desde hace 20 años, al igual que en el asunto de El Bajío”.
No obstante, señala que en este último tema, le preocupa más la construcción del estadio de las Chivas que la propia Villa Panamericana: “No quiero decir que las villas estén correctas, pero el impacto que ya generó el estadio es muchísimo mayor”.
Sostiene que esos temas siguen en la agenda, aunque por ahora, la labor de vigilancia que mantienen con el asunto del macrobús les absorbe mucho tiempo, lo mismo que un análisis mediante el cual pretenden desincentivar el uso del automóvil en la ciudad, entre otros.
El coordinador de Greenpeace Guadalajara, Víctor Busteros, considera un grave error la reciente autorización de la construcción de la Villa Panamericana en el predio El Bajío, “área de especial importancia hidrológica para la ciudad”, así como la edificación del estadio Chivas.
Lamenta la construcción de fraccionamientos residenciales en zonas cercanas a las prolongaciones de las avenidas López Mateos, Mariano Otero y carretera a Nogales, y los desarrollos ubicados en la parte alta de Bugambilias y El Palomar, “responsables del derribo de miles de árboles”.
En este contexto, la agrupación Greenpeace dirigió una misiva a las autoridades de todos los niveles en el estado, así como a dependencias federales relacionadas con recursos naturales, para pedir que “durante el resto de su gestión se trabaje decididamente en la consolidación de un blindaje legal, que permita detener la depredación y así preservar la totalidad del bosque de La Primavera”.
Corazón de la Tierra es otro de los grupos ecológicos preocupados por mejorar el entorno natural. Sin embargo, sus acciones en este momento están dirigidas principalmente a lo relacionado a la cuenca Lerma-Chapala, según comentó su director, Alejandro Juárez Aguilar.
Ante la reciente integración de la Comisión para la Cuenca Lerma-Chapala en el Congreso de la Unión, Aguilar dijo que su propuesta es que se dé apertura a grupos, se fijen metas con plazos concretos “y se genere un proceso de investigación que permita monitorear lo que está ocurriendo y que respeten la nueva norma oficial mexicana para flujos hidrológicos”.

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