Adela Navarro Bello

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El periodismo en México está entre dos fuegos. Por un lado la violencia criminal y por otro un gobierno que tiende a la represión y a la manipulación de la información, pero aún en medio de ese contexto vale la pena seguir adelante, consideró la directora del Semanario Zeta, de Tijuana, Adela Navarro Bello.

“Yo siempre lo he recalcado. En México los periodistas estamos a dos fuegos, entre la presión gubernamental y entre las balas del crimen organizado”, señaló Navarro Bello.

Sobre cómo enfrenta una periodista, mujer, el reto de informar en una tierra tan peligrosa como Tijuana, Navarro Bello asevera en entrevista que en contextos como éste no importa el género.

“A mí me educó profesionalmente don Jesús Blancornelas en el compromiso, la capacidad y el hambre de la verdad, y de hacer periodismo más allá de si eres hombre o eres mujer. No ha habido tampoco una diferenciación entre los detractores de la libertad de expresión para decir vamos a amenazar a un hombre o a una mujer. Es lo mismo. A lo mejor puede ser más fácil la difamación por mi condición de mujer. Igual con mis compañeros en el Semanario Zeta. Más allá del género, es el compromiso que se tiene con la libertad de expresión”.

¿Qué opina de la administración de Peña Nieto en materia de protección a periodistas?
Pues muy mal. En Veracruz van 18 periodistas asesinados. En México en los últimos 16 años más de 90. El porcentaje de impunidad supera el 95 por ciento, de acuerdo a organismos como el Comité de Protección a los Periodistas y Artículo 19. Un país donde los asesinos de los periodistas no están en prisión o no están siendo investigados, es un país que promueve la impunidad, en términos generales y en términos de la libre expresión. ¿Cuál es el mensaje? En México acabas con un periodista, con un medio de comunicación, con una voz, con una pluma y no pasa nada.

Recordó que el Semanario Zeta ha sufrido momentos duros en esta lucha por la libertad de expresión y el combate a la corrupción. Entre los más complicados han sido los asesinatos de Héctor Félix, en 1988; el atentado contra Jesús Blancornelas, en 1997; el asesinato de Luis Valero, en 1997; el de Francisco Javier Ortiz Franco, en 2004, y las amenazas que siguen recibiendo. Los crímenes siguen impunes y aunque los asesinos de Héctor Félix fueron los únicos condenados a 25 y 27 años de cárcel, ya están libres, y jamás se descubrió al autor intelectual.

“Nos mantenemos en la lucha por la libertad de prensa. Cumplir 36 años en el semanario, a pesar de las presiones del narcotráfico y de las presiones gubernamentales, es gracias al reconocimiento de la sociedad por nuestro periodismo de investigación. Creo que eso es lo más importante”.

¿Cuál es la clave para mantenerse tantos años en un proyecto como Semanario Zeta?
Hacemos un trabajo de equipo. No soy yo, no es la editora general quien cubre los hechos de narcotráfico. Hacemos un trabajo con mucho acompañamiento y eso nos hace mantener más una actitud profesional que de timidez o de miedo. Si tú como periodista tienes una información que puedes comprobar con un documento, con un testimonial, con una fotografía, con una entrevista, se va a publicar. En cuanto la publicamos ya es parte de todos, es parte de la sociedad. Si viene un ataque, una amenaza, como ha sucedido, también es parte de esa sociedad. Esa sociedad es, en nuestro caso, solidaria.

Navarro Bello dictó la conferencia “El silencio en el caos”, como parte de la Cátedra Elena Poniatowska Política y Sociedad, en el marco del Noveno Congreso Estatal de la Federación de Estudiantes Universitarios. Ahí habló sobre las dificultades que padecen los periodistas de investigación en México.

Comentó que también han tenido que enfrentarse a la negativa de los gobiernos a otorgarles inserciones publicitarias. Sin embargo, empresarios bajacalifornianos comprometidos con la libertad de expresión y el combate a la corrupción los apoyan.

“Es lamentable a que tantos años de que terminó el sexenio de López Portillo, la máxima de ‘No pago para que me peguen’ siga siendo una estrategia gubernamental: castigar a los medios con la no compra de publicidad y premiar a los que hacen prensa oficialista. No es fácil ser un medio independiente. Nosotros tenemos la fortuna de hacer periodismo en una sociedad que es muy colaborativa. Tenemos dos ingresos, que es la venta de ejemplares y la venta de publicidad. En el ámbito de la publicidad hay empresas bajacalifornianas que generosamente aportan y apoyan al proyecto de libertad de expresión que mantiene Semanario Zeta”.

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