Los vemos en el teatro, la televisión, el cine e incluso en la calle. Los actores son los más famosos y reconocidos, así como los más locales y tal vez anónimos. Sin importar su nivel actoral y su trayectoria, el pasado 26 de agosto se conmemoró a todos aquellos que tienen la capacidad de interpretar un personaje para contar una historia.
Su labor, además de entretener, busca incentivar un cambio social, pues por medio de un trabajo escénico estos profesionales reflejan las pasiones, virtudes y defectos de una colectividad, para que quien sea testigo se conmocione, genere conciencia y se transforme.
“El teatro es una herramienta que contribuye al cambio de la sociedad mexicana”, asegura Carlos Vázquez Lomelí, jefe del Departamento de Artes Escénicas del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), donde se imparte la licenciatura en Artes Escénicas para la Expresión Teatral.
El académico dice que este programa educativo, que recibe cada semestre a cerca de veinticinco jóvenes de Jalisco y otras entidades y del cual egresan aproximadamente treinta y cinco profesionales, busca desarrollar el talento escénico actoral a partir del reconocimiento de su propia sociedad.
“Los docentes de esta carrera trabajan en obras infantiles con temática social, eligen materiales escénicos que hacen pensar sobre las cuestiones de género, feminicidio, desaparición forzada, preocupaciones de jóvenes, entre otras”, dice Vázquez Lomelí.
Es así como los jóvenes emprenden proyectos escolares donde explotan su pasión por pararse en un escenario y mostrar las realidades que conocen y visibilizan.
El CUAAD, expresa Vázquez Lomelí, destaca por tener egresados que se han inmiscuido en proyectos artísticos que generan impacto en compañías de teatro en el país. Una de ellos es la actriz Paloma Domínguez (filme Los años azules, 2016), o quienes conforman la compañía de títeres Luna Morena.
