Acciones para salvar vidas

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“No tuve miedo a la operación ni a quedarme con un solo riñón”, cuenta María Magdalena Corona Palacios, quien a sus 19 años donó un riñón para mejorar la vida de su prima hermana María José Palacios. El trasplante fue realizado en el Hospital Civil.
“El papá de mi prima era compatible con ella, pero padece una enfermedad que lo obliga a tomar de por vida medicamentos, y si donaba podía padecer insuficiencia renal crónica. Sus hermanas eran menores de edad y la más compatible era la que tenía siete años. Había pocas opciones, y fue cuando decidí donar. Si podía hacerlo, por qué no”.
María José, su prima, padecía desde su nacimiento estenosis uretral, es decir, que tenía un problema de obstrucción en la vejiga.
“Desgraciadamente es una enfermedad silenciosa y se detectó tarde. El problema resultó de que residuos de la orina quedaron rezagados y ocasionaron que sus riñones fueran perdiendo su capacidad para trabajar. Su único remedio era la hemodiálisis o el trasplante, para conseguir una mejor calidad de vida”.
María Magdalena recuerda que a esa edad sus padres tomaban las decisiones, pero ella les explicó que quería ayudar a su prima, con la cual se había criado, con la cual se llevaba muy bien y quien tenía su misma edad.
“Me informé con mi mejor amigo, que estaba estudiando medicina. Le pregunté todo: qué podía pasar si solo vivía con un riñón y a qué cuidados debía someterme. Con ayuda de mi amigo, el médico familiar y el nefrólogo, fue más fácil tomar la decisión, pero nunca sentí miedo y mis padres me apoyaron en mi deseo de donar”.
María Magdalena bajó 15 kilos para poder ser trasplantada. Le realizaron estudios para saber si tenía principios de alguna enfermedad y si era compatible con su prima.
El 14 de mayo de 2008, la operación fue realizada por el doctor Marco Antonio Covarrubias, en el Hospital Civil de Guadalajara. Todo salió de maravilla. María Magdalena fue dada de alta una semana después y en 15 días regresó a estudiar en la escuela.
“Luego de la operación, mi vida fue más sana de la que tenía. Yo era muy gordita y para el trasplante tuve que bajar 15 kilos y me he mantenido en mi peso. Para mí ha habido una mejora tener conciencia de lo que es mi cuerpo y la salud. Hoy debo restringirme de bebidas alcohólicas, hago ejercicio, no fumo, no como mucha sal ni sodio y me cuido, porque ahora está de moda que en los supermercados vendan alimentos congelados, que tienen exceso de sodio para que se conserven”.
También cambió su perspectiva profesional. Indica: “Luego de ver la vida en el hospital, descubrí mi vocación y soy licenciada en trabajo social. Me gusta mucho mi trabajo, porque me rodeo de gente positiva que lucha por su vida”.
El trasplante cambió también la vida de María José, quien lleva una vida saludable y debe tomar medicamentos de por vida, para no rechazar el riñón.
La operación fue un parteaguas para ambas mujeres, que llevan nombres bíblicos, que tienen 25 años y comparten el mismo riñón, ya que abrieron una asociación civil llamada Guerreros del Riñón.
La asociación civil ofrece información a los pacientes, apoyo psicológico y se da a la tarea de buscar apoyo económico y en especie para la compra de medicamentos que ayuden a los enfermos con insuficiencia renal.
Guerreros del Riñón opera a través del facebook y próximamente esperan tener sus propias instalaciones. Trabajan junto con otras asociaciones civiles pertenecientes a la Red Jalisciense por la Salud Renal, para dar el mensaje a la sociedad de la importancia de la donación de órganos y la prevención.
Prevenir problemas en el riñón, dice María Magdalena, es fácil: hay que hacerse por lo menos una vez al año un examen de orina, no automedicarse, comer sano y no mezclar bebidas alcohólicas con bebidas energizantes, ya que eso causa mucho daño al órgano.
El problema mayor, indica la trabajadora social, es la falta de información y los mitos que llegan a permear en las decisiones de las personas a la hora de donar.
“La gente tiene mucho miedo, porque existen mitos, tales como si tienen un accidente los médicos los van a dejar morir para sacar sus órganos. Eso es una mentira, porque deben existir ciertas características para ser donador. El problema es la desinformación, pero si quieres ser donador, lo principal es que lo comentes a tu familia, porque son ellos quienes deciden”.
Afirma que para estar más informados, los interesados pueden acercarse a Guerreros del Riñón, donde conocerán la experiencia de otros pacientes.
Según datos del Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos, la lista de espera en Jalisco aumenta. En lo que va de 2013, ya suman 2mil 352 los pacientes que aguardan por un órgano. El riñón es el más solicitado, seguido de la córnea.

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