Abiertos a medias

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Si bien la estrategia de Cumbre Global Alianza para el Gobierno Abierto que se emprende en 64 países del mundo es positiva y las metas que México se puso son, en teoría, factibles, el esfuerzo de nuestro país se ha quedado incompleto ante la falta de voluntad de la clase política que parece más interesada en simular que en concretar, consideró el académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y coordinador de la Maestría en Transparencia, Gilberto Tinajero Díaz.

“Es una propuesta atractiva e innovadora. Y si lograra realmente cumplir estos postulados significaría un avance sustantivo para la democracia y la gobernabilidad. De acuerdo con el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y  Políticos, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, estas estrategias son en principio positivas, y que México se suscriba es positivo. Pero queda la duda de una auténtica voluntad política de los gobiernos locales y federales respecto a en qué medida esto representa demagogia o voluntad política acompañada de diseños institucionales que lo hagan efectivo”, indica Tinajero Díaz.

México será sede de la Cumbre Global Alianza para el Gobierno Abierto México 2015, del 27 al 29 de octubre. En esta, se realizará una valoración crítica de los avances de cada nación en el tablero de compromisos del Plan de Acción, a los que cada país se comprometió. Tinajero recuerda que para estas estrategias hay tres variables necesarias: participación, tecnología y que el gobierno combata a la corrupción. Hacía afuera, México está interesado en dar una imagen de avance en transparencia, rendición de cuentas y lucha contra la impunidad que no siempre es acorde con la realidad, cuestiona el especialista.
 
¿Qué es Gobierno Abierto?
 La Alianza para el Gobierno Abierto (AGA) fue lanzada en 2011. De acuerdo con su sitio de internet el objetivo es “proveer una plataforma internacional para reformadores domésticos comprometidos a que sus gobiernos rindan cuentas, sean más abiertos y mejoraren su capacidad de respuesta hacia sus ciudadanos”

La iniciativa de Open Governement, que inició como una inquietud del presidente estadounidense Barack Obama, busca ir más allá de la transparencia, es decir, que la información de las autoridades sea digerible y útil y se disponga en software libre y aplicaciones fáciles de usar. Por ejemplo, en Chile se pueden conocer desde el teléfono celular cuáles farmacias están cerca a un domicilio y si tienen tal o cual medicamento. Eso son datos abiertos con utilidad práctica.

La euforia por el Gobierno Abierto llevó a que de ocho países participantes se creciera a 64. Para que esto funcione, la sociedad civil trabaja junto a las autoridades para “desarrollar e implementar reformas ambiciosas en torno al gobierno abierto”.
 
México incumple compromisos
El plazo para completar los objetivos venció el 22 de julio y no obstante que México —país que actualmente preside la AGA— cumplió 22 de los 26 compromisos que asumió ante la  comunidad internacional, deja como pendientes metas que eran sensibles para la población y para su prestigio en el mundo, como por ejemplo la creación de un gran y único sistema público de localización de personas extraviadas o detenidas por la Procuraduría General de la República (PGR), que obviamente incluye una base de datos única de desaparecidos.

Otros renglones aplazados, son transparentar la información de las condiciones laborales en la industria minera (sobre todo después de la tragedia de Pasta de Conchos) y la eficiencia del Sistema Nacional de Información Ambiental, que carece de información estadística o geográfica desagregada o de indicadores relevantes en formato abierto.

Además, en varios compromisos de los que sí se cumplió, solamente se privilegió el acceso a portales web y no aplicaciones ni mucho menos servicio telefónico para que sean accesibles a todos los ciudadanos.

“Si en casa no hacemos lo propio de poco va a servir. Gobierno Abierto tiene gran potencia, lo visualizo como un cuerpo toral en el que se conectarán la transparencia, el recién creado Sistema Anticorrupción y la participación ciudadana. Y esta parte toral permitirá armonizar las piezas de un gobierno efectivo. Pero lo veo más a futuro, a mediano plazo, no como una realidad hoy en día. Yo tengo reservas si es demagogia o una auténtica disposición”.

Respecto a los compromisos incumplidos, Tinajero Díaz añade que son posibles de cumplir legal y técnicamente, y concretarlos representaría una gran oportunidad para el gobierno. “Las metas sí son factibles pero tengo mis reservas para con la clase política que conceda estas posibilidades”.

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