Abandono extremo

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Diez minutos antes de las 3 de la tarde del 27 de septiembre, el puesto de socorro de la Cruz Verde Villa de Guadalupe, en Zapopan, recibió una llamada de emergencia: un bebé yacía abandonado en un lote baldío. Con una hora de nacido, se encontraba desnudo, morado por la falta de oxígeno, boca abajo y aún con restos de líquido amniótico y sangre. Habían pasado sólo unos minutos del reporte cuando el paramédico Pedro García llegó a la calle 16 de Septiembre en su cruce con Libertadores, en la colonia La Higuerilla. Los vecinos que encontraron al menor lo habían aseado, pero su cordón umbilical no estaba cortado apropiadamente y a pesar de haber sido abandonado, su salud era buena.

En menos de veinte minutos se encontraba en el Hospital General de Zapopan, donde fue recibido por un pediatra y las trabajadoras sociales. Había mejorado con los primeros cuidados y su peso era de casi tres kilos y medio. ‘Leonardo’ —como lo llamaron en el hospital— es el décimo bebé abandonado que atiende Pedro en su carrera de 16 años como paramédico.

Un recién nacido que rescató meses antes también fue encontrado en la calle, “junto a un caballo muerto que estaba siendo consumido por animales carroñeros”. Este pequeño estaba en buenas condiciones pero otros no han tenido la misma suerte: “Algunos los rescatamos pero tenían señales de haber sido golpeados, y otros tristemente los encontramos sin vida”, dice el paramédico.

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«Alicia” (nombre ficticio) tenía 21 años cuando se enteró que sería madre y decidió que no se haría cargo de su hija. “La hubiera abandonado en un parque o en una iglesia, no podía llegar a mi casa con una bebé, y no quería”. Gracias a la intervención del personal de la maternidad y la asociación Tiempo Nuevo, decidió darlo en adopción.

La señora Rosa Camacho, directora de Tiempo Nuevo A.C., recuerda las palabras de la joven, quien después de haber realizado el proceso legal dijo sentirse tranquila porque su hija estaría en un hogar donde la quisieran. Este organismo, en busca de “prevenir el abandono extremo”, en sus 25 años de existencia ha apoyado a más de 3 mil 600 mujeres en su embarazo: la menor, una niña de 12 años (originaria de Chiapas y quien quedó preñada después de haber sido abusada sexualmente por su abuelo) y la mayor de 30.

En este tema, quien sufre el primer abandono es la mujer. Enfrenta un embarazo inesperado, en la mayoría de los casos viene de circunstancias muy difíciles en las que padece problemáticas complejas: pobreza, falta de apoyo familiar y del progenitor, vivir en una familia disfuncional, el despido laboral a causa del embarazo, no contar con ningún tipo de ayuda o simplemente un embarazo no deseado, al no estar previsto en el proyecto de vida de la mujer.

A través de terapia psicológica, apoyo asistencial y atención médica, Tiempo Nuevo ha logrado que ocho de cada diez mujeres se queden con sus bebés y en mejores condiciones emocionales. Por otro lado, los 500 infantes que han dado en adopción atravesaron un proceso que puede llevar hasta nueve meses, evitando que sean derivados a instituciones. Durante ese lapso viven en “casas puentes”, es decir, la familia que lo está esperando lo acoge mientras los trámites llegan a su término.

El destino del niño abandonado en condiciones extremas es la institucionalización, es decir, áreas de gobierno lo resguardan mientras se realiza el proceso de búsqueda de los padres, se revisan las causas e incluso se aplican sanciones.

“Que pasen los primeros años de su vida a lado de una familia y proteger sus derechos con respecto a la vida es nuestra prioridad”, dice Rosa Camacho, y evitar así que los menores se queden en un instituto.

Falta de cifras oficiales

El abandono de niños es cada vez más frecuente, lo dice el incremento en el número de reportes que recibe el paramédico Pedro García.

La falta de acceso a servicios médicos, educativos y recreativos, la ausencia de calles pavimentadas y las contadas lámparas de alumbrado público, son señales de que las colonias ubicadas en la zona norte de Zapopan, como La Martinica, Villa de Guadalupe o Mesa Colorada, están olvidadas por las autoridades. El paramédico de la zona explica que tienen algunos servicios pero no acceso a la educación y mucho menos a atención médica.

”Donde son comunes los abandonos de bebés tienen muchas carencias, son familias de escasos recursos y los embarazos en adolescentes de niñas de 12 o 13 años están a la orden del día. Muchas mujeres dan a luz en sus propias casas. Viven olvidados, invisibles”.

Pero los casos de menores en situación de abandono no son exclusivos de las zonas de escasos recursos. De acuerdo a datos de Tiempo Nuevo, han recibido casos de mujeres profesionistas e incluso de parejas que no tienen contemplado tener hijos.

A nivel local, la Fiscalía General del Estado de Jalisco no dio respuesta a nuestras solicitudes de información, mientras que en ciudades como el Distrito Federal, cada semana abandonan a tres niños en promedio, indica el documento del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), con base en datos del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Esta entidad registró 4 mil 847 casos de abandono en los años 1998, 1999 y 2002 y para entonces, clasificó esta problemática en la segunda causa más común de violencia al menor.

Derecho a decidir

Cada mujer tendrá sus razones para entregar en adopción a su hijo a otra familia, para decidir dejarlo en la calle o no tenerlo, es una decisión de “valentía que no se puede señalar porque no conocemos sus razones”, considera Rosa Camacho, de Tiempo Nuevo A.C.

“Martha”, (nombre ficticio) de 20 años, “no quería que sus hijos vivieran lo que ella ha sufrido”. Llegó a la asociación decidida a entregar sus tres hijos de cinco y tres años, y ocho meses de edad. Sus razones: vivir en una familia disfuncional en la que su madre y tío tiene adicciones a las drogas, y además, como ella lo explica: “Romper el patrón de pasar de la niñez a ser mamá”.

La Alianza Nacional por el Derecho a Decidir (ANDAR) promueve el derecho a que cada mujer decida de manera libre e informada si tener hijos o no, cuántos quiere tener y cuándo es el mejor momento para ello”. Si esto implica la posibilidad “de gozar del derecho y el acceso a información y servicios para ejercer la sexualidad de manera libre, responsable y segura”, también incide en la libertad de la mujer “para poner en práctica sus propias decisiones y tomar el control de sus vidas y su destino”. Para Camacho, la decisión de llevar un embarazo a su fin o interrumpirlo, hacerse cargo de los hijos o entregarlos en adopción es igual de respetable.

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Los vecinos que hicieron el reporte en el caso de “Leonardo”, era la segunda vez que encontraban un bebé abandonado.

Aunque sigue el tema a través de las noticias, Pedro no ha vuelto a ver a Ángel de Luz —como nombró al menor—, de quien el personal del Hospital General de Zapopan, no reveló a qué institución fue derivado.

“Es inevitable para nosotros como personal de salud tener una sensación de impotencia por no poder hacer algo más que procurarle las primeras atenciones”, dice el paramédico, sin embargo, concluye: “Ángel de Luz me dio ánimo para mi actividad… le deseo que tenga esa misma luz que él me dio”.

Menores desamparados

Un escenario distinto es el que viven niños expulsados del hogar, fugitivos o abandonados durante sus primeros años de vida.

Armando tenía cinco años cuando fue abandonado en algún sitio de Guadalajara. Después de que la policía lo encontrara, “casi nos lo abandonó en la puerta del refugio”, dice Rogelio Padilla, director de la organización civil Movimiento de Apoyo a Menores Abandonados (MAMA A.C.).

Añade que las autoridades no le dieron seguimiento, la familia tampoco hizo el esfuerzo de encontrarlo y hoy, Armando, quien sufre retraso mental, tiene 20 años. Su vida ha transcurrido en la casa de apoyo, sitio que si bien no es el ideal por su condición, es el único que tiene. Sabe leer y escribir, aunque debido a los limitados alcances de la asociación no ha recibido la atención que requiere.

Rogelio Padilla aseguró que no existe una estadística confiable en México que refleje las dimensiones de la problemática de los niños abandonados. Sin embargo, es innegable que “cada día es más difícil para las familias poder atender las necesidades de los hijos”.

Explica que cada semana reciben “más peticiones de apoyo de mujeres solas, sin pareja y sin apoyo, desesperadas, que nos piden un lugar en el albergue para sus hijos. No saben qué hacer para apoyarlos ni como reaccionar ante las problemáticas que viven”.

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