Un grupo de 17 productores de leche, originarios del municipio de Ameca, emprendieron, con apoyo de estudiantes del Centro Universitario de los Valles, una empresa comercializadora de leche y sus derivados, con la que esperan mejores rendimientos y mayores ganancias.
AMELAC es el nombre de este proyecto cuyo objetivo principal fue la conformación de una marca rentable de lácteos, que permitiera a los productores de la región encontrar un mercado para comercializar sus productos.
“Se les convocó a una reunión en la presidencia municipal. Primero se propuso llegar a un acuerdo con una empresa local para que les comprara sus productos, pero no fue posible por el bajo precio que les pagaban. Así vimos esa oportunidad de crear una nueva empresa”, indicó Mario Rosete, estudiante de Contaduría del centro, quien dirige el proyecto.
Inicialmente contaron con 60 productores, informó el alumno, pero poco a poco la cantidad fue disminuyendo, hasta conformar el grupo actual de 17, todos ellos ahora socios de la empresa.
“Fue difícil juntar a las personas de las comunidades, ya que son individualistas. Les explicamos qué era una cooperativa y que las ganancias obtenidas se iban a dividir, lo que a muchos no les parecía”.
Los productores fueron capacitados durante casi un año para mejorar sus prácticas productivas, pero también les dieron asesoría para aprender a trabajar en equipo y mejorar la confianza en el grupo.
Uno de los problemas que los estudiantes detectaron, fue que las vacas con las que cuentan los productores proporcionan hasta un 72 por ciento menos leche que en municipios líderes de los Altos de Jalisco, debido, entre otras causas, a la cruza inapropiada de razas.
“Son vacas de cruza entre productoras de carne y productoras de leche, lo que propicia una menor producción, pero ya se ha hablado con los productores y están analizando la posibilidad de que vendan las que tienen para comprar una raza de mejor calidad”.
Además de la comercialización, el proyecto incluye la instalación de un establo lechero que está en proceso de construcción, pues aunque la empresa cuenta con un terreno destinado a este fin, faltan recursos, los que esperan conseguir a través de programas de financiamiento del gobierno.
Otro objetivo es trabajar en el rubro de los biofertilizantes, para del estiércol generar lixiviados que sean utilizados en el campo y más adelante producir su propio forraje.
“Diseñamos un modelo de integración en el que los productores reduzcan sus costos produciendo forraje y buscar los canales de distribución, y así llegar a ser proveedores de vacas de alta productividad. Esa actividad cerraría el ciclo”.
Al proyecto le restan al menos seis meses más de trabajo en conjunto, pero de acuerdo con Mario Rosete, el objetivo es que a corto plazo los productores puedan dirigir la empresa por sí mismos.
AMELAC fue uno de los tres proyectos que el programa de emprendurismo Enactus CUValles desarrolló durante el periodo 2013-2014, en el que participan estudiantes de las carreras de Turismo, Electrónica, Contaduría, Administración, Mecatrónica, Derecho y Trabajo social.
Además de los estudiantes del CUValles, para este proyecto en particular, establecieron un vínculo de trabajo con estudiantes de veterinaria del Centro Universitario de Ciencias Biológico y Agropecuarias (CUCBA), que prestan su apoyo a los productores.
“Ellos nos apoyan viendo la cuestión de las razas de las vacas, el tipo de alimentos que requieren para que produzcan más leche y que no se estresen. Todo ese tipo de detalles son importantes”.
Como estudiante, Mario Rosete afirma sentirse satisfecho de haber logrado un impacto en la comunidad de la que es originario.
“Los productores ya habían trabajado antes de manera individual y están convencidos de que así no van a conseguir nada. Entre ellos también hay un líder que siempre se ha preocupado por el proyecto, y pues está entusiasmado de ver que esto se esté logrando. Ellos se sienten y se ven como empresarios. Eso es algo muy padre. Para ellos también es muy satisfactorio”.
