A la docencia universitaria

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    Por medio de este escrito solicitó a los maestros inscritos en las nóminas de la Universidad de Guadalajara, presten atención a este alumno que manifiesta su inconformidad con relación a su ética como docentes.
    Quiero cuestionar algo con ustedes: ¿para qué son maestros de determinada materia, si no la pueden impartir? ¿me pueden responder?
    Sé que no es posible vivir de la docencia y que deben hacer varias actividades, pero en realidad existen pocos maestros con ética, es decir, que aun cuando laboren como funcionarios, administrativos, etcétera, van a sus clases, según prometieron alguna vez, por amor a nuestra Universidad de Guadalajara.
    Quiero que me responda algún académico por qué, si es personal administrativo, pretende dar clases, sobre todo aquellos administrativos de las diferentes dependencias internas de los centros universitarios.
    Ya basta de que estén viendo la cara a los alumnos, o más bien, a sus clientes, porque la Universidad es una empresa, algo que nadie podrá negar, y si somos sus clientes, pues entonces al cliente lo que pida, ¿no?
    Lo que pedimos son nuestras clases, que tanta falta hacen cuando no asisten los maestros, y más si tienen una ausencia de varias horas consecutivas.
    Me inconformo con aquellos que por ganar un dinero más decepcionan a los estudiantes. Buena parte de lo que somos, es su responsabilidad, así que demos un vistazo a sus deficiencias.
    Los estudiantes también tenemos cosas bastante importantes que hacer. Como ustedes, estamos al mismo nivel, así que no hagan nada que no quisieran para sus futuros hijos.
    Saben qué, maestros, por favor hagamos un México mejor.
    Las palabras dichas se las lleva el viento si no fueron grabadas, pero las escritas en un papel son preservadas por la historia.

    Jaime Eduardo Padilla Briseño,
    estudiante de derecho, CUCiénega.

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